Hay platos que antiguamente se creía que tenían poderes mágicos. Uno de ellos es el arroz con leche sueco llamado «risgrynsgröt«, «julgröt», «tomtegröt» y «risgröt«.
Es un plato preparado a base de un tipo de arroz redondo llamado «grötris», agua, un poco de leche, canela en rama y sal. Se sirve caliente y no muy dulce, aunque a la hora de servirlo se puede echar un poco de azúcar, canela en polvo, mantequilla y mermelada. Es un plato que se come todo el año, pero se ha convertido en un plato obligado en el bufé de Navidad.
¿Y dónde está la magia?
¿Leíste el post de ayer sobre los gnomos >>? Los granjeros de antes, si querían asegurarse una buena cosecha y animales sanos, tenía que pagar a su «hustomte» un buen sueldo anual en forma de un cuenco grande de «tomtegröt».
Pero eso no es todo. También se solía esconder una almendra pelada en el arroz con leche en Nochebuena y a quién le tocase le podría pasar una de estas tres cosas: casarse pronto, tener mucha suerte en el año siguiente o recibir un pequeño regalo especial. Lo del regalo, «Mandelgåva«, era una tradición danesa que también se hizo muy popular en Skåne.
Durante un período de tiempo, entre 1890 y 1930, se puso de moda en las familias acomodadas sustituir la almendra por una figurita de porcelana del tamaño de una almendra, llamada «grötdocka«.
¿Qué hacer con las sobras?
Al no ser un arroz con leche excesivamente dulce se puede «reciclar» de varias maneras y convertirlo en otros platos típicos. Si se mezcla con huevo batido y uvas pasas se obtiene un «risgrynspudding» al gratinarlo.
En Gotland se usaba el arroz con leche sobrante para hacer «saffranspannkaka«.
Pero lo más común es convertir el arroz con leche sobrante en «ris á la Malta«. Es un postre tradicional, de los ultra calóricos, que estuvo bastante olvidado durante un buen tiempo pero que se volvió a poner de moda en forma de «risifrutti», una versión bastante más «light». En la receta original se mezcla el arroz con leche frío con mucha nata montada, azúcar, vainilla y un chorrito de zumo de naranja.
En realidad, gran parte de la comida tradicional sueca tiene un contenido alto de calorías. En su momento tenía su lógica, porque la gente hacía trabajos pesados y vivían en casas frías. Necesitaban el aporte extra de energía. Hoy en día llevamos otro estilo de vida, pero no por eso deberíamos descartar la comida tradicional por miedo a engordar. Simplemente es cuestión de adaptar las recetas el siglo XXI.
¿Has probado el arroz con leche sueco? ¿Qué te parece? ¿También has probado sus platos derivados? ¡Te leo en los comentarios!