Hoy celebramos Pepparkakans Dag, el Día de las galletas de jengibre.
Esta galleta es uno de los símbolos navideños más conocidos tanto en Suecia como en el mundo anglosajón. Incluso tiene su propia canción.
El origen de las galletas de jengibre
No se sabe a ciencia cierta cuál es su origen, aunque la tradición dice que llegó a Europa con los Corsarios que se fueron a Oriente. Se hizo popular en Alemania durante la Edad Media y de ahí pasó a Suecia en el siglo XV. El nombre sueco, “pepparkaka” (= galleta de pimienta), se debe a que la receta original llevaba pimienta negra. Hoy en día lleva jengibre, canela, cardamomo y clavo de olor. También hay recetas con anís, semillas de hinojo, naranja amarga, limón confitada, nuez moscada y miel. ¡La hay también vegana >>!
Hoy en día las galletas son marrones, pero en la Edad Media existía también una versión de galletas blancas. Algunas familias sirven un bizcocho con la misma mezcla de condimentos que las galletas y en ese caso se llama “mjuk pepparkaka”.
Las galletas de jengibre pueden tener muchas formas. La forma del cerdo es una referencia a la fiesta vikinga de invierno, donde se pegaban un festín comiendo cerdo asado. La forma del corazón se debe a la creencia de que las galletas te hacen más amoroso. También hay moldes de personas, círculos, flores, alces, piezas de puzzle, peluches, unicornios y mucho más.
Creencia popular
Hay una creencia popular que dice que si comes galletas de jengibre mejora tu humor, porque es imposible estar de mal humor después de comer unas cuantas. Pero ojo, si comes demasiadas ¡te vuelves tonto!
Las monjas de Vadstena preparaban durante la Edad Media unas galletas con ceniza y las vendían como medicina para curar problemas digestivos.
Resulta que las monjas no estaban tan equivocadas. Científicos han descubierto que la mezcla de condimentos que llevan las galletas tiene propiedades digestivas, así que quitando la ceniza, tenían razón las monjas. Si te excedes comiendo comida navideña, procura comer unas cuantas galletas de jengibre para terminar.
Si pones una galleta redonda en la palma de tu mano y aprietas justo en el centro puede que tengas la suerte de que se rompa en tres partes. Si es así, puedes pedir un deseo y ese deseo se va a cumplir. O eso es lo que dicen…
¿Qué es lo que más te ha sorprendido de la Navidad sueca? Déjame un comentario y comparte tus impresiones conmigo.